Pablo Gnuyen



Nació en la ciudad de Puebla el 24 de mayo de 1972. Es el menor de los dos hijos del psicólogo-periodista Federico Chilián Orduña y la arquitecta Amalia Espinosa Rojas. Su primera infancia la vivió en Puebla, después se fue a la Ciudad de México donde cursó la primaria y el primer año de secundaria. Posteriormente regresa a Puebla a vivir con sus hermanos menores y a concluir la secundaria e incia la preparatoria. En esos años aprende a dibujar y estampar sobre textiles; practica varios deportes: football americano, basquetball, natación y ciclismo, principalmente. Funda con su hermano Federico su primera empresa de serigrafía: Industrias Chilián. Simultaneamente explora otras actividades comerciales y de artes gráficas. Se desarrolla de manera autodidacta.

A principios del año 2001 conoce a la francesa Danielle Sana con quien tiene un niño de nombre Pierre Antoine, de 4 años de edad.
Se le recuerda como a un hombre de extraordinaria serenidad aunada a su alegría; una serenidad amable y cordial. Siempre dispuesto a jugar con sus hermanos menores, sus sobrinos y su hijo. Con una capacidad para escuchar fuera de serie y establecer empatía con todas las personas. La palabra amable era su especialidad. Sin duda alguna es el más dulce de sus hermanos, lo que contrasta con su fuerza física y resistencia emocional.


Tenía afición por la cocina y la medicina naturista. Le gustaba cocinar comida japonesa y adentrarse en los secretos de la medicina tradicional. Un dato simpático es que comía con placer, parsimonia y abundancia; muchas anécdotas de su compañía transcurren alrededor de una mesa bien servida.

Toda su vida se ocupó del cuidado de su madre y de entender a su padre; siempre tuvo con ambos una especial paciencia para encontrar el modo de alentarlos y confortarlos.

El día 8 de diciembre de 2009, se dirigió con su amigo Jorge Palacios a la ciudad de Poza Rica, Veracruz, a cerrar unos negocios y a ofrecer los productos y servicios de su empresa textil y de artes gráficas. Dos días después fueron privados ilegalmente de su libertad, golpeados brutalmente y abandonados en la carretera Tuxpan-Gutierrez Zamora por presuntos policías de la localidad. Como consecuencia de los golpes Pablo perdió la vida y su amigo Jorge tuvo que ser hospitalizado de emergencia.

Hasta la fecha se desconoce el rumbo de la investigación ministerial y no se ha sancionado a los responsables.