viernes, 18 de diciembre de 2009

Carta de mi papá

Amigos todos:

El día 10 de diciembre fue asesinado mi hijo Pablo Gnuyen Chilián Espinosa en un lugar cercano a Poza Rica, Veracruz. La forma en que ocurrieron los hechos debe ser motivo de indignación y de vergüenza de todo ciudadano mexicano que se respete a sí mismo.

Según refiere el amigo que lo acompañaba, Jorge Palacios Anzaldo, el día señalado fueron detenidos por un grupo de policías uniformados, quienes los subieron a bordo de la patrulla N° 899-84 y los trasladaron fuera de la ciudad por la carretera a Gutiérrez Zamora, donde los bajaron y los golpearon con palas de las que usan los carniceros, hasta acabar con la vida de Pablo y dejar gravemente herido a su amigo Jorge.

A la criminal arbitrariedad de los policías hay que añadir la negligencia con la que han tratado el caso las autoridades responsables de la procuración de justicia, ya que pese a que el sobreviviente declaró ante la autoridad competente cómo ocurrieron los hechos y manifestó su disposición para identificar a los responsables, hasta este momento no se conoce ninguna actuación para esclarecer los delitos.

Yo les agradezco las condolencias y las muestras de solidaridad que muchos de ustedes me han expresado; ahora les pido que por todos los medios que estén a su alcance hagan del conocimiento de sus amigos este crimen brutal y levanten la voz para que se esclarezca y se sancione a los responsables.

Al principio, del impacto me bloquee, no sabía qué hacer además de llorar de tristeza y de rabia, ahora sólo esto les pido, más adelante quizás les solicite su autorización para incluir su nombre en una carta abierta dirigida a todas las instancias que sean necesarias para que haya justicia. Eso depende de cómo se presenten los hechos en lo sucesivo.

Con un fraternal abrazo, quedo de ustedes,

Federico Chilián Orduña

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