martes, 22 de diciembre de 2009

Policías involucrados en homicidio de Pablo Gnuyen Chilián

Texto: Redacción Poblanerías
Martes, 22 de Diciembre de 2009 11:39

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Jorge Palacios Anzaldo, quien aún se encuentra gravemente herido, señaló que Pablo Gnuyen Chilián Espinosa, hijo del periodista poblano Federico Chilian Orduña, murió tras la golpiza que les propinó un grupo de policías cerca de Poza Rica, Veracruz.

Puebla, Puebla.- Através de un escrito que llegó a la redacción Poblanerías en Línea, se afirma que el hijo del periodista poblano Federico Chilian Orduña, Pablo Gnuyen Chilián Espinosa, asesinado el pasado 10 de diciembre, murió tras ser golpeado con brutalidad por elementos policiacos cerca de Poza Rica, Veracruz.
Según Jorge Palacios Anzaldo, quien acompañaba en ese momento a Pablo Gnuyen Chilian, afirmó que ese día fueron detenidos por un grupo de policías, quienes sin dar explicación alguna, los subieron a la patrulla N° 899-84 para ser trasladados fuera de la ciudad por la carretera Gutiérrez Zamora.

Asimismo, Palacios Anzaldo, quien aún se encuentra gravemente herido, señaló que fueron bajados de la patrulla para ser golpeados con brutalidad.

A pesar de que el sobreviviente declaró ante las autoridades cómo sucedieron los hechos, hasta el momento no se conoce ninguna actuación para esclarecer el homicidio.

1 comentario:

  1. Esto también sucede en Puebla. El gobierno a todos los niveles imaginables, abusa, y la Comisión Estatal de Derechos Humanos solo emite recomendaciones que no sirven de nada. Junto con la Fiscalía Anticorrupción son organismos inútiles e intransparentes financiados con nuestros impuestos. Recuerden casos como el de Lidia Cacho, o el de los maestos golpeados y encarcelados el 10 de junio del 2009 o el caso de los Ambulantes de varios tianguis y mercados que tiene que aguantar el abuso de "líderes" que no son otra cosa que "coyotes" avalados por las autoridades.
    La policia se hace "profesional" en tan solo dos meses (Me carcajeo de esa profesionalizacion y refiero el siguiente anecdota que no importa donde ni cuando, lo que importa es que es verídico: Cierta vez en un pueblito me encontre con una mujer conocida tiempo atrás por situaciones de trabajo y pude percibir su tristeza y desencanto, y preguntándole al respecto me dijo, "Ay jóven, Ud no sabe pero sucede que mi hija, si mi hijita, Mary, si, la más pequeña de todas, se fugó con un uniformado, pobre de mi hija, lo que le espera, como fue a ocurrírsele irse con un hombre así un simple "polecea").
    Han pasado los años y es inevitable conocer más al respecto de este asunto y por circunstancias de la vida se va uno dendo cuenta del infimo nivel de preparación de los policias, que en promedio tienen solo secundaria como base de estudios. Encima existe otra duda, ya que también por circunstancias de la vida me he podido percatar que muchos de estos personajes ni siquiera la secundaria han cursado, simplemente se han podido hacer de un certificado gracias a que promotores del IEEA y también directivos que por justificar un trabajo, por presentar resultados dan casi regalados los certificados de secundaria a quienes en realidad no la han cursado.
    Estando concientes de todas estas situaciones, ¿Que nos podemos esperar de tipos con este nivel de preparación que de pronto se ven con el poder que representa el tener una arma de alto poder, y encima se cubren el rostro para poder actuar en el más completo anonimato? En la mayoria de las calles de la ciudad de Puebla transitamos ciudadanos, nos visitan turistas a menudo, no somos narcotraficantes ni delincuentes
    En meses pasados salieron en los medios de comunicación Mario Marín, Mario Montero y Blanca Alcalá dando armamento a los policías a sabiendas de que el nivel de educación es muy pobre y la "profesionalización de los cuerpos policiacos" es solo una vacilada, al igual que el tan cacareado "Reordenamiento del transporte público en Puebla", son un parapeto un escudo fantasioso, inexistente de funcionarios y políticos.
    Cuando uno ha analizado todo esto, obvio que cuando va por la calle y ve una patrulla o policias en lugar de sentirse protegido, se siente uno intimidado, temeroso, y con justa razón.
    En lo personal lo que siento es una tremenda indignación porque no puedo hacer nada. Me da coraje y tengo que reprimir mi enojo porque los ciudadanos que como yo han tenido un ideal de libertad, de justica, de eficiencia y transparencia en la gestión gubernamental, hoy día o está muertos o tienen que deambular con la hipócrita pero necesaria bandera del anonimato en espera del anhelado momento de la muy necesaria justicia, de la justicia terrenal. Porque la justicia divina, esa a fin de cuentas ya esta bien visto que no soluciona nada, lo que es más bajo su auspicio se posterga el ajuste de cuentas con la ley en este mundo terrenal y por eso lo hemos convertido en un porquería.
    Queremos justicia en vida, después ¿Ya para que?
    MI SOLIDARIDAD PARA CON LA FAMILIA CHILIAN ESPONOSA
    UN ABRAZO PARA DON FEDERICO

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